
Yo decreto…? Yo le ordeno a Dios…?

Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8)
La doctrina del decreto y la declaración positiva, enseña que ud puede obtener cualquier cosa que desee con el simple hecho de confesar positivamente, decretar, y repetir constantemente: lo creo, lo confieso, lo recibo, pero este concepto no es cristiano, sino un concepto metafísico
¿Qué es metafísica? Según el diccionario Larousse y la enciclopedia británica dice que la metafísica es una rama de la filosofía y su mayor exponente fue Aristóteles.
Metafísica significa después de la física y estudia los principios más elevados del pensamiento humano. Dentro de la metafísica hay una rama que se la conoce como “metafísica del lenguaje” y de ahí es de donde se desprende la “confesión positiva”
El decretar, el determinar, el hablar positivamente, según esta filosofía, hace que todo lo que este a su alrededor se sujete a dichas palabras y se termine realizando. O sea que si usted confiesa: yo soy un hombre de éxito, según la metafísica, usted ya es un hombre de éxito
Fue a fines de la década del 70 cuando se introdujo dentro del ”cristianismo” este concepto filosófico del decreto y la confesión positiva
El pasaje que los cristianos-metafísicos usan para apoyar este pensamiento, se encuentra enMarcos 11:23 “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en el mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho”
Para comprender bien un pasaje bíblico, y no caer en confusiones, es necesario leer todo el contexto del pasaje, para que de esta forma, podamos interpretar de manera correcta lo que Dios está expresando en su palabra. En el capítulo 11 del libro de Marcos, desde el versículo 1 al 11, se relata cuando Jesús entro en Jerusalén montado en un burro. El 12 dice que saliendo de Betania tuvo hambre y encontrando una higuera que no tenia fruto, la maldijo. En el vers 15 al 19 habla cuando entro al templo y echo a los que se estaban enriqueciendo con la fe de las personas. Luego en el 20 les dijo: “Tened fe en Dios”
¿Qué cree usted que Jesús estaba enseñando en este pasaje…? ¿A confesar positivamente…?
NOOOOOO, lo que Jesús estaba enseñando aquí, era a tener fe en Dios. “Porque cuando pidan (a Él) La prueba y el contexto lo confirman. “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis ORANDO, creed que lo recibiréis, y os vendrá. (Marcos 11:24)
La confesión positiva no es una oración sino una afirmación, o sea: lo digo, lo determino, lo creo y lo recibo. Decreto esto… Determino lo otro… No es una oración, sino una afirmación
“Y cuando estéis ORANDO…” (Mar 11:25) ¿Cuándo estén qué…? ¿Confesando, decretando o determinado…? NO¡¡¡¡ orando, hablando con Dios
Esta doctrina agrede una de las joyas más preciosas que los hijos de Dios tenemos: la oración. Y Por qué agrede la oración? Porque hace un lado a Dios…
Si yo lo confieso, lo creo y lo determino, Y eso se hace realidad ¿para que necesite entonces a Dios…? Para que necesitamos orar, si con declarar, decretar y confesar positivamente ya alcanza…?
Este pasaje enseña que cualquier cosa que confieso positivamente lo traigo al mundo visible…? Noooooo, este pasaje está hablando muy claramente de la oración.
La gran mayoría de los predicadores que enseñan esta doctrina, ya no oran. Ellos han abandonado La oración de Fe como fuente de Poder, y la han sustituido por el Decreto.
Haciendo gala de un evangelio centrado en el hombre, y no en Dios, han despreciado y sustituido la Oración en la que se pide a Dios, por el Decreto en el que cual “yo tengo el poder” para crear en el mundo natural, dejando a Dios en un segundo plano, para declarar y decretar siempre en primera persona.
Se han tomado prácticas de origen pagano y se las ha disfrazado de cristianismo para introducirla en la iglesia. Muchas de esas prácticas vienen de culturas paganas como el budismo, el hinduismo y la metafísica de la Nueva Era.
Debemos estar alertas antes estas, no nuevas prácticas que son totalmente antibíblicas. Es el mismo Gnosticismo con el que el apóstol Pablo se enfrentó en los inicios de la Iglesia y que los falsos apóstoles y maestros de hoy en día, enseñan como “vino nuevo” y “pan fresco del cielo”.
Fieles a los principios de la nueva era, el cristianismo mágico, enseña que dentro del cristiano están los recursos que se necesita para vivir. Se trata de desatar ese poder para alcanzar el éxito y el poder. Este cristianismo propugna un concepto de escatología consumada. Es decir, a excepción del cuerpo de la resurrección, el creyente puede disfrutar ahora todas las bendiciones del Reino en su plenitud. Por ello el sufrimiento y dolor en cualquier expresión es desterrado de esta doctrina. La enfermedad, o pobreza es vista como maldición o falta de vivir la realidad del Reino.
Otra forma de justificar su doctrina, es aplicando las promesas del estado eterno, a la actualidad. “Ya no habrá dolor, ni lágrimas, ni enfermedades. ¿En la Nueva Jerusalén…? No. Ahora”.
Según estos maestros, aprendiendo a confesar positivamente, entraremos en una nueva dimensión de fe ilimitada.
Estos supuestos maestros, solo son hombres que sueñan con tener ahora, un adelanto del Reino. Pero no es solamente la confesión positiva, la forma de mediar las supuestas bendiciones. Otros medios se abren a peligrosas influencias espirituales, tales como “la visualización”. Práctica muy difundida en la nueva era.
La visualización consiste en crear imágenes mentales, para influir en el entorno. Se usa para meditar, sanar enfermedades, ganar dinero etc… Popularizada en círculos cristianos por ciertos libros como por ejemplo “La cuarta dimensión de Cho”.
Para muchos en estos tiempos, la fe surge de las facultades naturales humanas, mientras que la Biblia, nos dice en Romanos 10:17 que “La fe viene por el oír, y e1 oír por la Palabra de Dios”
La visualización en la oración, desprecia la soberanía de Dios
Tanto la confesión positiva, como la visualización, parten de los recursos internos del hombre, contradiciendo totalmente la actitud del apóstol Pedro, al sanar al paralítico: “Pedro respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros?, como si por nuestro poder o deidad hubiésemos hecho andar a éste? (Hechos.3:12).
Estos maestros, confunden el poder mental del paganismo con la fe bíblica. De hecho, su enseñanza es fe en la Fe, y no en Cristo.
El nuevo misticismo mágico evangélico, radica en santificar objetos como transmisores de la presencia de Dios, o de su poder, pero solo es un resurgimiento de prácticas gnósticas. Aceites santos, chaquetas ungidas (que se lanzan sobre las personas), flores portadoras de promesas, imágenes que transmiten poder, revistas que hay que ponerse sobre la cabeza para ser sano, paños ungidos, libros etc.
Todo lo visto hasta ahora, es solo un evangelio antropocéntrico, humanista y místico, que nada tiene que ver con la verdadera doctrina del evangelio de Cristo.
La confesión positiva, la visualización, el poder mental, el neosacramentalismo son solo expresiones del concepto mágico de la vida, justificadas en una escatología consumada. Este humanismo místico está enseñando al creyente a reclamar derechos y privilegios que no posee y que nunca fueron otorgados por Dios. Su énfasis es temporal y materialista.
Este espíritu de la época, ha afectado tanto a ovejas como a pastores, trayendo como doctrina principal de muchos ministerios, la llamada doctrina de la prosperidad o súper fe. Muchísimas iglesias evangélicas, en sus diferentes expresiones, han sucumbido ante este empuje humanista místico.
Esta nueva doctrina, enseñada casi en su mayoría por los falsos apóstoles de estos días, está centrado en satisfacer al creyente en todo sus aspectos, haciendo énfasis principal en el bienestar económico.
Es evidente que la sana doctrina, y la centralidad absoluta de Cristo, se han dejado de lado, dando a lugar a un afolkloramiento humano, que usurpa el lugar de la centralidad de la Palabra, dejando como resultado, reuniones destinadas principalmente a satisfacer anhelos exteriores, y entretener a los cristianos, en lugar de buscar cambios interiores, que hagan morir a nuestro “yo”, que promuevan verdaderos frutos d arrepentimiento, y que exalten por sobre todas las cosas el nombre de Cristo. Un ejemplo muy claro de ello, es la necesidad imperiosa de tener manifestaciones que ayuden a calibrar la intensidad del poder de Dios en cada servicio, como por ejemplo: Caídas, soplidos, manifestaciones de exorcismos, vómitos, alabanza estridente, gritería, lluvia de oro, etc…
Muchos de los maestros expertos en esas manifestaciones, muestran preocupantes signos de manipulación mental al estilo de las practicadas en las sectas, y religiones netamente satanistas.
Ahora con todo este estudio basado solamente en la palabra de Dios… Usted aun tiene ganas de seguir decretando…?
Dios bendiga su vida con entendimiento y sabiduría.